martes, 21 de julio de 2015

Supongo que hablamos de vacío, de no atreverse ni a llorar por miedo a que algo más se escape de ti, de la extraña sensación de perderte a menudo y encontrarte alguna vez sin tan sólo haberte movido. 

Esto va de no querer darle protagonismo a ninguna emoción, de crearte corazas que de sobras sabes inútiles, de balancearte entre el victimismo y la inseguridad y enfadarte con la debilidad que, poco a poco y muy de puntillas, se planta al otro lado del espejo para devolverte esas miradas de auto-compasión que tanto odias, que tanto criticas, que tanto asco te han dado siempre.

Y llegas al refugio de un teclado y viertes tus complejos, tus máscaras y tus 'yo? qué va' en un escaparate que sólo va a recordarte que un día tuviste el valor de hablarte claro, creyéndote valiente por ser capaz de contártelo, por no decepcionar a la ironía, por, creerte una vez más, que todo quedaba en tus manos... pero, ¿sabes qué? que cuando les das la vuelta y recorres cada uno de tus dedos mientras observas esas líneas de la palma que tanto se supone que deben describirte, no encuentras nada más que lo mismo que te llevó a este punto, el puto vacío.

Así que déjalo, anda, apaga la luz, cierra los ojos y devórate los solos de Robe en Spotify. Créeme, mañana será otro día.












jueves, 5 de junio de 2014


Hay cosas que van más allá de un cuelga tú, del no hablemos de ello, del pasar de página. Hay cosas que pierden el sentido cuando no queremos dárselo, cuando ni siguiera lo buscamos. Hay cosas que dejan de existir cuando les cambiamos el nombre, cuando les difuminamos la silueta y no sabemos si se trata de humo o de palabras… cosas que vuelan sin haber aprendido a desplegar las alas.

Cansa tantísimo darse la vuelta para no poder retroceder… para mirar atrás como quien pretende encarcelar una imagen,  creyendo al cerebro capaz de no olvidar. Claro que olvida, todo se olvida… TODO, menos lo que se enquista, lo que profundiza en cada neurona a modo de okupa emocional. 
Que le jodan o que aprenda a etiquetar los recuerdos.




domingo, 19 de agosto de 2012

¿Qué más da lo que afirmen los diccionarios? ¿Qué importa la definición exacta, cuando tú mismo has aprendido a entender? ¿Quién va a cuestionar la tonalidad de tu barra de labios y quiénes van a empequeñecerte haciendo grande una opinión? Al mundo le encanta establecer una etiqueta sobre la que cobijar su seguridad, incluso disfruta definiendo límites, trópicos y ecuadores invisibles para que nosotros creamos que ahí están. El mundo ironiza la vida exaltando el existir y no da pie a las carcajadas absurdas. 
YO ME ATREVO A SONREÍR.

No es cierto, confesaré, que ser feliz consista en comprar todo aquello que soñamos... tampoco, que ser feliz simplemente se limite a los aplausos tras cada acto o al efecto de las recompensas. Ser feliz no es acarrear una sonrisa, todo el día, a cuestas; como tampoco lo es, caminar sobre un terreno totalmente llano. Si os cuento un secreto, yo soy feliz, y lo soy porque alguien me enseñó que podía decidirlo. Decidí que me importarían más los momentos y menos los días, que disfrutaría de una birra bien tirada y en mejor compañía, que escribiría absurdeces de madrugada y que anotaría cada sueño en un bloc olvidado. Decidí que perseguiría lo que quiero, que cada derrota significaría un nuevo aprendizaje, que todas las lágrimas podrían secarse con los dedos y que no habría fragancia que superara el olor de la cocina de mi abuela. Decidí que mi mundo debía ser a mí manera, que mis amigos serían el mejor de mis refugios y mi hermana, el mayor de mis tesoros. Decidí que que necesitaría reírme por casi-todo y que no me arrepentiría de casi-nada... y decidí que un día más, ME APETECERÍA SONREÍR.

Y esque... todas las noches, antes de cerrar los ojos y esconderme tras los párpados de mi subjetiva realidad, soy capaz de enumerar, al menos, tres cosas que ese mismo día me han hecho un poco más feliz...
 

Y SONRÍO.

jueves, 19 de julio de 2012

Donde habita el olvido.


Despertó en un amanecer capaz de enturbiar miradas, supongo que a fin de cuentas, lo hizo con los ojos cerrados. Entreabrió los labios para enmudecer al silencio y no halló nada que consiguiera mejorarlo. Resiguió millones de vidas ajenas con la suela de sus zapatos, cada baldosa un desafío, y cada realidad una pequeña esperanza capaz de almidonar sollozos. 

No entendía el por qué de cada aceleración de sus pulsaciones, no entendía el por qué de otorgarle más poder al miedo... y presa del raciocinio y de su peor enemigo que no era otro que ella misma, se despojó aquél día de los escasos grumos de veracidad que quedaban en sus pupilas. Se vistió de otra, se rió como otra, lloró como otra y terminó creyendo ser otra. Pero a veces, los problemas existen y es que el mundo ya la conoció como no era, el mundo ya se equivocó o, quizás, simplemente, le dio la razón y se hartó de darle vueltas a su historia, de trazar sendas imaginarias que conducirían las dudas al desahogo, de gritarle al oído todo lo que estaba harta de tatuarse desde dentro en tinta invisible: vuelve, joder, vuelve.

Aquella noche, derramó algún resto de cerveza acompañado de su propia esencia, derramó su vida, al compás de alguna canción de Sabina, derramó el ejemplo de lo ue había sido, de lo que le había quedado... Y así asumió que en la vida existe el pasado y lo encerró en una cajita, tan pequeña que hoy no recuerda dónde escondió.



domingo, 20 de mayo de 2012


















Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.


Pablo Neruda

sábado, 21 de abril de 2012

Esto es algo distinto... un refugio, un cobijo, un vómito.


Hace un tiempo me armé de valor para hablarte a la cara. Me refugié en cuatro líneas para darle cobijo a tus entrañas... y hoy, hoy soy incapaz de mirarte a los ojos... coño, ni siquiera aprendí a ubicarme en un reflejo. Ya no es miedo, ya no es temor, ya no es asfixia... ahora es todo llevado al grado más alto, es acojone, es pánico y es ahogo.

Es jodido que no existan ningunas manos dispuestas a aprisionar mi dióxido entre el alquitrán y la nicotina de mis pulmones, es jodido que sea yo misma o qué se yo, lo que definí como 'mi consciencia', lo que me estanque la salida y, a su vez,  entrada de la vida. Quizás es el NO entender, quizás es el querer dejar de esconderme, quizás es el pretender encontrarme o quizás, simplemente, debo acostumbrarme a vivir de presagios, a enfrentarme a las cosas, a tocar fondo.

Lloro sin saber... se me olvidó reeducar a mis lagrimales... y ahora amordazo mis pensamientos para aliviar algo que por más que inhiba sé que estará ahí, entre las sombras, expectante... 
Me asusta ver hasta dónde puedo llegar a aprisionarme.... pero busco la salida porque, a fin de cuentas... sé que anda demasiado cerca. Disculpen las molestias, pero voy a pisarle los talones.

martes, 20 de marzo de 2012

(...)El tiempo transcurre de forma irregular. Como si no importase que lo de delante esté atrás y lo de atrás, delante. - Trató de explicarse -: Es como si viviera el sueño que está teniendo otra persona. Como si sintiéramos lo mismo al mismo tiempo. Pero esa simultaneidad me desconcierta. Aunque tengamos sensaciones muy parecidas, nos separa una distancia inmensa. 
(...) - En todo caso, - dijo Tamaru -, en el mundo real el tiempo avanza de manera indefectible. No se detiene ni retrocede.


- Sí, EN EL MUNDO REAL EL TIEMPO SIEMPRE VA HACIA DELANTE.

('1Q84, Libro 3' Haruki Murakami)