domingo, 19 de agosto de 2012

¿Qué más da lo que afirmen los diccionarios? ¿Qué importa la definición exacta, cuando tú mismo has aprendido a entender? ¿Quién va a cuestionar la tonalidad de tu barra de labios y quiénes van a empequeñecerte haciendo grande una opinión? Al mundo le encanta establecer una etiqueta sobre la que cobijar su seguridad, incluso disfruta definiendo límites, trópicos y ecuadores invisibles para que nosotros creamos que ahí están. El mundo ironiza la vida exaltando el existir y no da pie a las carcajadas absurdas. 
YO ME ATREVO A SONREÍR.

No es cierto, confesaré, que ser feliz consista en comprar todo aquello que soñamos... tampoco, que ser feliz simplemente se limite a los aplausos tras cada acto o al efecto de las recompensas. Ser feliz no es acarrear una sonrisa, todo el día, a cuestas; como tampoco lo es, caminar sobre un terreno totalmente llano. Si os cuento un secreto, yo soy feliz, y lo soy porque alguien me enseñó que podía decidirlo. Decidí que me importarían más los momentos y menos los días, que disfrutaría de una birra bien tirada y en mejor compañía, que escribiría absurdeces de madrugada y que anotaría cada sueño en un bloc olvidado. Decidí que perseguiría lo que quiero, que cada derrota significaría un nuevo aprendizaje, que todas las lágrimas podrían secarse con los dedos y que no habría fragancia que superara el olor de la cocina de mi abuela. Decidí que mi mundo debía ser a mí manera, que mis amigos serían el mejor de mis refugios y mi hermana, el mayor de mis tesoros. Decidí que que necesitaría reírme por casi-todo y que no me arrepentiría de casi-nada... y decidí que un día más, ME APETECERÍA SONREÍR.

Y esque... todas las noches, antes de cerrar los ojos y esconderme tras los párpados de mi subjetiva realidad, soy capaz de enumerar, al menos, tres cosas que ese mismo día me han hecho un poco más feliz...
 

Y SONRÍO.

jueves, 19 de julio de 2012

Donde habita el olvido.


Despertó en un amanecer capaz de enturbiar miradas, supongo que a fin de cuentas, lo hizo con los ojos cerrados. Entreabrió los labios para enmudecer al silencio y no halló nada que consiguiera mejorarlo. Resiguió millones de vidas ajenas con la suela de sus zapatos, cada baldosa un desafío, y cada realidad una pequeña esperanza capaz de almidonar sollozos. 

No entendía el por qué de cada aceleración de sus pulsaciones, no entendía el por qué de otorgarle más poder al miedo... y presa del raciocinio y de su peor enemigo que no era otro que ella misma, se despojó aquél día de los escasos grumos de veracidad que quedaban en sus pupilas. Se vistió de otra, se rió como otra, lloró como otra y terminó creyendo ser otra. Pero a veces, los problemas existen y es que el mundo ya la conoció como no era, el mundo ya se equivocó o, quizás, simplemente, le dio la razón y se hartó de darle vueltas a su historia, de trazar sendas imaginarias que conducirían las dudas al desahogo, de gritarle al oído todo lo que estaba harta de tatuarse desde dentro en tinta invisible: vuelve, joder, vuelve.

Aquella noche, derramó algún resto de cerveza acompañado de su propia esencia, derramó su vida, al compás de alguna canción de Sabina, derramó el ejemplo de lo ue había sido, de lo que le había quedado... Y así asumió que en la vida existe el pasado y lo encerró en una cajita, tan pequeña que hoy no recuerda dónde escondió.



domingo, 20 de mayo de 2012


















Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.


Pablo Neruda

sábado, 21 de abril de 2012

Esto es algo distinto... un refugio, un cobijo, un vómito.


Hace un tiempo me armé de valor para hablarte a la cara. Me refugié en cuatro líneas para darle cobijo a tus entrañas... y hoy, hoy soy incapaz de mirarte a los ojos... coño, ni siquiera aprendí a ubicarme en un reflejo. Ya no es miedo, ya no es temor, ya no es asfixia... ahora es todo llevado al grado más alto, es acojone, es pánico y es ahogo.

Es jodido que no existan ningunas manos dispuestas a aprisionar mi dióxido entre el alquitrán y la nicotina de mis pulmones, es jodido que sea yo misma o qué se yo, lo que definí como 'mi consciencia', lo que me estanque la salida y, a su vez,  entrada de la vida. Quizás es el NO entender, quizás es el querer dejar de esconderme, quizás es el pretender encontrarme o quizás, simplemente, debo acostumbrarme a vivir de presagios, a enfrentarme a las cosas, a tocar fondo.

Lloro sin saber... se me olvidó reeducar a mis lagrimales... y ahora amordazo mis pensamientos para aliviar algo que por más que inhiba sé que estará ahí, entre las sombras, expectante... 
Me asusta ver hasta dónde puedo llegar a aprisionarme.... pero busco la salida porque, a fin de cuentas... sé que anda demasiado cerca. Disculpen las molestias, pero voy a pisarle los talones.

martes, 20 de marzo de 2012

(...)El tiempo transcurre de forma irregular. Como si no importase que lo de delante esté atrás y lo de atrás, delante. - Trató de explicarse -: Es como si viviera el sueño que está teniendo otra persona. Como si sintiéramos lo mismo al mismo tiempo. Pero esa simultaneidad me desconcierta. Aunque tengamos sensaciones muy parecidas, nos separa una distancia inmensa. 
(...) - En todo caso, - dijo Tamaru -, en el mundo real el tiempo avanza de manera indefectible. No se detiene ni retrocede.


- Sí, EN EL MUNDO REAL EL TIEMPO SIEMPRE VA HACIA DELANTE.

('1Q84, Libro 3' Haruki Murakami)

domingo, 5 de febrero de 2012

¿Sabe qué, Señor Miedo? A veces tengo la sensación de que mi alma tiembla, de que el frío no puede describirse con un termómetro... no sé, es como que entiendo que la vida es una absurda oportunidad para ser feliz y por eso, en los momentos bajos, puedo saborear la derrota
Soy consciente, Señor, de que tal vez no vea más allá del agua estancada, pero si hay algo capaz de hacerme sonreír, es quitar el tapón y rellenar vacíos y simplemente por eso, mereció la pena. Echo de menos muchas cosas, sí, pero también me siento orgullosa de tantas otras que se quedaron como están... por eso no entiendo el desequilibrio, por eso no puedo posicionarme en un extremo sin más, como a usted le gusta que haga. Ayer le mentí a las horas y los minutos me delataron, le mentí a mi esencia y pude entrever cómo usted jugaba con mis hilos, un pestañeo de verdad. Es usted quien se encarga de embriagar acordes, de someterme a vendavales, de reescribir lo impronunciable, de desvanecer las ilusiones, pero no sufra, ya no, porque he aprendido que para llegar a algún lado, debo de querer moverme.... aunque es cierto que todavía no inventaron brújulas para resolver incertezas. Es todo tan ambiguo que ni puedo ni sé entenderlo, tal vez porque no quiero o, quizás porque hace un tiempo tergiversé el verbo sentir. Siento que no soy, siento que me gustaría ser, PERO NO SÉ SENTIR. Me asustan demasiadas verdades, Señor miedo.

Me resulta irónico no encontrarme en un lugar que entendí como mío, me parece absurdo el debate establecido entre usted y el querer. Ahora mismo disfrutaría sacando un mazo y aporreando todo lo oscuro, pero esté tranquilo, no voy a hacerlo, es arriesgado ir a tientas, podría golpear justo en ese punto con el que no quisiera toparme... es complicado. ¿Que por qué es complicado, dice?, pues porque al fin y al cabo, por más que mil putas metáforas lo afirmen... las lágrimas jamás fueron de cristal. Hasta pronto, Señor Miedo.



viernes, 13 de enero de 2012

aspirina.


¿Quién no ha perdido la cabeza alguna vez? ¿Quién no se ha vuelto loco entre tanto sueño fracasado? No todos hemos sido capaces de creer nuestras propias historias para aliviar, sólo para aliviar. Y, además, las palabras son inversamente proporcionales a todo lo que queremos decir. Quizá por eso no te dije ayer que te quería, sin márgenes de seguridad. 

¿Quién no ha perdido la cabeza alguna vez? ¿Quién no ha tenido indicios de esquizofrenia y se ha inventado momentos que nunca existieron para aliviar, sólo para aliviar? ¿O ha creído que las letras de las canciones hablaban de su historia sin pedir siquiera derechos de autor sentimental?
¿Quién no ha perdido la cabeza alguna vez? ¿Quién no ha sufrido resaca por dejarse el corazón en el fondo de alguna jarra con cerveza para aliviar, sólo para aliviar? Pero maldita cerveza, que sólo me ofrece flashes de la noche anterior y tampoco me deja acabar el sueño que empecé porque tanto dolor de cabeza evita que vuelva a dormir.

¿Quién no se ha vuelto loco alguna vez?
¿Quién no ha perdido la cabeza alguna vez?
¿Quién?

Sara Blanco

jueves, 12 de enero de 2012

Reescrius el camí de tornada a casa vencent la ironia d’intentar trobar el cel entre les teves pròpies petges. Els núvols s’escolen dins de carrerons que semblen ferides sense sutura, i la vida es converteix en un rebombori d’ocells a la copa d’un arbre, mentre les seves fulles decideixen viatjar entre el desordre dels teus cabells i els somriures prenen la direcció de les teves passes. Un xiulet melodiós distreu la teva ruta, et gires i el veus... l’home distret que sembla tenir-ho tot sense haver guanyat res, que camina despreocupat amb les mans a la butxaca, com intentant empresonar-hi dins les preocupacions i que et saluda amb un ‘bona tarda, senyoreta’, que tot i semblar-te desconegut i aliè et fa somriure. Ells juguen i tu ja te n’has oblidat, un dos tres pica paret: el món es congela, però a la plaça tothom sembla haver trobat el seu propi univers. Encens l’última cigarreta i es converteix en un nou còmput per mesurar el temps. Xocolata! Inhales, exhales i el fum difumina l’horitzó. Les lletres amenacen amb desaparèixer i la punta del peu esdevé l’assassina de la seva agonia. Tant de bo existissin soles resistents als dies lletjos, tant de bo poguéssim aixafar les pors perquè mai ningú sabés tornar-les a encendre.