Hace un tiempo me armé de valor para hablarte a la cara. Me refugié en cuatro líneas para darle cobijo a tus entrañas... y hoy, hoy soy incapaz de mirarte a los ojos... coño, ni siquiera aprendí a ubicarme en un reflejo. Ya no es miedo, ya no es temor, ya no es asfixia... ahora es todo llevado al grado más alto, es acojone, es pánico y es ahogo.
Es jodido que no existan ningunas manos dispuestas a aprisionar mi dióxido entre el alquitrán y la nicotina de mis pulmones, es jodido que sea yo misma o qué se yo, lo que definí como 'mi consciencia', lo que me estanque la salida y, a su vez, entrada de la vida. Quizás es el NO entender, quizás es el querer dejar de esconderme, quizás es el pretender encontrarme o quizás, simplemente, debo acostumbrarme a vivir de presagios, a enfrentarme a las cosas, a tocar fondo.
Lloro sin saber... se me olvidó reeducar a mis lagrimales... y ahora amordazo mis pensamientos para aliviar algo que por más que inhiba sé que estará ahí, entre las sombras, expectante...
Me asusta ver hasta dónde puedo llegar a aprisionarme.... pero busco la salida porque, a fin de cuentas... sé que anda demasiado cerca. Disculpen las molestias, pero voy a pisarle los talones.
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